He matado a mi hijo, yo misma he matado a mi hijo, me duele en el fondo de mi alma lo que he hecho con mis propias manos , es un daño irreversible, pero en ese momento fuì presa de mis emociones.Siento que mi objetivo en la vida era ser madre y aun sigo sufriendo por ello.
Juan era un hombre muy dedicado a su trabajo y no era de su importancia tener hijos , eso no justifica mi doloroso y erróneo acto , pero sentí una gran traición hacia mi deseo mas profundo , el deceo que guardo por siempre en mi alma.
Ahora soy una mujer que sonrrie menos de lo habitual y no le encuentro sentido a la vida , sigo envidiando a las dichosas mujeres que concibieron en su vientre hijos que yo no pude tener.Quizás era mi destino pero es tan grande mi deceo y mi tristeza ,que nada mas creo soportar,sera obsesión o amor puro a la vida, aun no lo se, solo creo que mi destino sera otra tragedia màs que contar.
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